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Para Benedict Anderson, la idea de una nación es la de una comunidad imaginada. Imaginada porque, asegura, la literatura, y en especial la prensa, nos permitió crear una conciencia de todos aquellos que son nuestros connacionales, a pesar de que no los conocemos y jamás los conoceremos. El cine, en el siglo XX y XXI, ha tomado el papel de la prensa de la era que estudió Anderson y de manera muy clara, especialmente el siglo pasado, ayudó a definir a las naciones por su cine. El cine de Francia, de Bresson por ejemplo, permite a los franceses identificarse como un pueblo, como lo hace en México el de Fernando de Fuentes, o el de Emilio Fernández.

Hoy, el cine de México y el cine de muchos cineastas a nivel mundial, está adoptando esta misma función, pero no para alimentar la idea de un cine de una nación, sino el cine de una comunidad global. Aunque Anderson considera que una característica esencial de las naciones es que necesitan no ser globales, necesitan que siempre haya otras naciones para definirse a sí mismas, la globalización y la tecnología digital nos han impulsado a un momento donde las fronteras se han vuelto tan permeables que los ciudadanos tienen la posibilidad de pensar en sí mismos como una comunidad planetaria.

Un planeta, millones de historias, ha sido el lema del FIC Monterrey por muchos años. Creemos firmemente que los seres humanos, vivamos donde vivamos, tenemos experiencias similares básicas, pero historias radicalmente distintas que necesitan contarse. La selección de películas del FIC Monterrey refleja un cine de México que le habla al mundo, y un cine mundial que le habla a México. Este diálogo debemos hacerlo significativo. En una era donde todo está interrelacionado, contar historias nos puede ayudar a convivir de manera más colaborativa, constructiva y pacífica y movernos hacia adelante.  El cine puede mover nuestros corazones, nuestra almas, nuestras acciones, porque la comprensión del contexto del otro nos permite encontrar la similitud de nuestras experiencias esenciales. Que el FIC Monterrey 2017 sea una oportunidad, nacida en el norte de México, de conversaciones globales. Permite que te mueva el cine.

El cine mueve

Veinticuatro veces por segundo una imagen fija desaparece frente a nuestros ojos y es, en ese espacio oscuro y vacío, ese instante entre una imagen y otra, donde nace el movimiento que hace al cine. Son esas milésimas de segundo de ausencia las que alimentan de tiempo y dinamismo a la imagen fija y permiten que mundos enteros se generen ante los ojos de públicos ávidos de experimentar el poder del cine.

Para el FIC Monterrey, esta capacidad transformadora del cine ha sido esencial en la visión que persigue como promotor del cine mexicano y mundial. Creemos profundamente en el poder del cine para conmover, para estrujar, para sacudir. Porque el movimiento del cine nos presenta  realidades de cerca y lejos, historias y personajes que nos inundan, y son estos afectos los que nos llevan a la acción.

Todas las artes son construcciones muy complejas de significados que compartimos entre creadores y públicos y en su esencia está el potencial de transformar. El cine puede transformar al cineasta, al público, y al mundo. El cine mueve perspectivas. El cine mueve culturas. El cine mueve conciencias. El cine mueve almas y corazones. El cine, mueve.

 

Juan Manuel González
Director
Festival Internacional de Cine de Monterrey